Artículos

El 6 de agosto de 1945 la ciudad japonesa Hiroshima vivió el día más terrorífico en toda su historia. Durante la II Guerra Mundial, un hongo de humo en el cielo revelaba la inmensa catástrofe humanitaria tras el lanzamiento de la primera bomba atómica sobre Hiroshima, ordenado por el presidente norteamericano Harry S. Truman, que mató a decenas de miles de personas al instante.

bomba de hiroshima  hiroshima  conmemoracion de hiroshima  conmemoracion de la bomba de hiroshima

Costo humano

Desde el lanzamiento de las dos bombas sobre Hiroshima y Nagasaki en Japón, han transcurrido 72 años del bombardeo que dejó más de 200 mil muertes y múltiples consecuencias en la salud de las personas como: esterilidad, cáncer, espina bífida, neurosis, amnesia y malformaciones derivadas de la radiación. Estos fueron solo algunos de las devastadores efectos psicológicos y patológicos que dejó el bombardeo.

Un mundo sin armas nucleares

Este hecho que transformó Hiroshima y Nagasaki en un infierno, insta a los países a la abolición de armas nucleares. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, encabeza una propuesta de resolución sobre la abolición de armas nucleares ante la comunidad internacional con el fin de llegar a eliminar por completo el arsenal atómico como el principal paso para trabajar por la paz mundial.

Sin embargo, en la actualidad 9 son los países que cuentan con armas nucleares, Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte, según describe la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN, en inglés), coalición global que trabaja por la firma de un tratado que prohíba armas nucleares. Por otra parte, 44 países se manifiestan a favor de la eliminación de las armas nucleares.

La pregunta es ¿qué hace que algunos países no desistan de eliminar las armas nucleares más allá de una norma de abolición? ¿acaso conocer el impacto humanitario, en la salud y en el medio ambiente no es suficiente? ¿cómo tendríamos que vivir para lograrlo?