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Vivir en paz es vivir en el mutuo respeto por la legitimidad del otro pese a las diferencias. Sin embargo, vivir en paz es para muchos una utopía, sobre todo en un mundo donde la diferencia es motivo de discriminación e intolerancia.

  

Cada 21 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Paz, establecido en 1981. Como acto simbólico Naciones Unidas llama a suprimir rivalidades incentivando la reflexión por la paz mundial.

Para la entidad internacional, trabajar por la paz significa defender los derechos humanos, construyendo puentes juntos. De ahí que se titule la campaña de este 2017: “Juntos por la Paz: Respeto, seguridad y dignidad para todos”. La mirada está puesta en los refugiados y migrantes, también en promover los beneficios que los migrantes aportan a las economías y los países y por supuesto abordando sus inquietudes como comunidad.

Educación para la paz implica educación en inclusión, dicho por el Secretario General de la ONU “que abrace la diversidad”. En esto, la corrupción, racismo, xenofobia suponen un desafío, puesto que el mundo que se construye desde ese lugar es un mundo individualista donde el odio, la rabia, el miedo son el combustible para la destrucción de la paz.  

El llamado del Secretario General de la ONU, António Guterres, es a cultivar la compasión. Compasión por millones de personas que han perdido todo y necesitan ayuda, acogiéndolos en nuestros respectivos países, tendiéndoles una mano a los refugiados y los migrantes, como signo de un gran paso hacia la paz, prosperidad y protección de todos.