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¿Cómo conservar la temperatura en casa, con un sistema de calefacción no contaminante?

 

Mantener la temperatura y a la vez economizar energía ha sido la tendencia de los últimos años. Y la tecnología es cada vez más eficiente a la hora de generar aislación térmica con el uso de termostatos, control remoto, ventilador, encendido electrónico, aplicaciones en celulares, etc.

Según estudios de DICTUC (Dirección de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile) “los artefactos de calefacción más utilizados en nuestro país son las estufas tradicionales a parafina y, en general, los artefactos a combustión de llama abierta. El problema es que estas son, precisamente, las que presentan las mayores emisiones de monóxido de carbono y material particulado fino (MP2,5)”, considerado el más dañino para la salud dado que puede alcanzar los pulmones y la sangre.

Los especialistas no recomiendan calefacción de leña o carbón. Según estudios de DICTUC, los sistemas de calefacción más contaminantes son éstas y las estufas a parafinas porque generan emisiones de dióxido de azufre (SO2), incluidos los artefactos modernos que emanan óxidos de nitrógeno (NOx).

Mientras que el gas licuado es la calefacción menos contaminante según estudios de la Fundación Centro Nacional del Medio Ambiente (CENMA) de la Universidad de Chile, es decir, representa el menor impacto en la calidad del aire. Aunque pueden llegar a ser igual de nocivo que la leña y la parafina si no disponen de ductos de evacuación de gases.

Impacto en la salud

El impacto en la salud de los sistemas de calefacción a leña y parafina es altamente nocivo, a nivel pulmonar con irritación respiratoria, dificultad broncopulmonar, accidentes cardiovasculares, infartos agudos y cáncer.

¿Qué hacer?

Los especialistas indican que el sistema menos contaminante y peligroso para la salud es la caldera y el gas licuado ¿Qué recomiendan?

  • Ventilar todos los días los lugares donde estén personas.
  • No sobrepasar los 18 grados.
  • Evitar cambios bruscos de temperatura.
  • Una casa bien soleada.
  • Aislar paredes exteriores, ventanas y cristales.
  • Elegir fuentes de calor de energías renovables, solar, hidráulica, eólica, geotérmica.